top of page

La relación entre la autenticidad y la salud

  • Foto del escritor: Lorena Ayala
    Lorena Ayala
  • 22 ago 2023
  • 4 Min. de lectura

Actualmente, en materia de espiritualidad y crecimiento personal, se habla bastante de la autenticidad como una característica positiva que todos deberíamos tener.


A este respecto, lo primero que me gustaría abordar es lo que para mí significa la autenticidad. Considero que, para ser auténticos, tenemos que ser completamente honestos con nosotros mismos y silenciar el ruido del exterior; la autenticidad nos lleva a un viaje al interior y a conectarnos con nuestra verdadera esencia, lo cual no siempre resulta sencillo porque, desde pequeños, se nos enseña a complacer a los demás. Asimismo, nos enseñan a medir nuestro valor en función de la opinión que las otras personas tienen de nosotros y se nos premia cuando esas opiniones son favorables. ¿Cuántos de nosotros quisimos ser los más aplicados, los mejor portados o los más populares de la escuela para tener la aprobación o amor de nuestros padres, familiares, maestros o amigos? Desgraciadamente, creo que pocas veces se nos enseña a ponernos a nosotros mismos y nuestras necesidades en primer lugar porque muchas personas todavía creen que hacer esto es sinónimo de egoísmo.


Muchos de nosotros crecemos con estas ideas erróneas en la cabeza y de adultos seguimos buscando validación de los demás. En mi caso, como persona empática, este deseo de complacer o agradar a los demás siempre fue muy intenso, pues no tenía que imaginarme qué percepción tenía alguien acerca de mí o qué esperaban los demás que hiciera, ya que muchas veces podía sentirlo y entraba en conflicto con ese ruido externo apagando, al mismo tiempo, mi verdadera esencia.


No ser auténtico y vivir para los demás implica que todo el tiempo estemos desempeñando un papel y fingiendo ser alguien que no somos. Esta actuación genera mucho estrés y corremos el riesgo de quedar atrapados en nuestra cabeza inventando los peores escenarios de lo que sucedería si nos atreviéramos a mostrarnos tal cual somos. Sin duda, este estrés se suma al estrés de la vida cotidiana y nos va enfermando. Por esta razón, considero que la autenticidad es una de las piezas clave de la salud.


Ponernos en primer lugar a nosotros mismos, seguir nuestros sueños y deseos y mostrarnos ante el mundo como somos es un gran acto de amor propio y sumamente liberador. Sin embargo, hacer esto también es complicado y exige una gran valentía, pues implica que nos deje de importar lo que piensan los demás de nosotros; esto último se dice fácil, pero llevarlo a lo práctica es otra historia.


En lo personal, tuve que ver mi salud irse al suelo y sentir que perdía el control de mi cuerpo y mi independencia para abrir los ojos y comenzar a emprender acciones que me llevaran a mi recuperación. No tuve más remedio que ponerme en primer lugar a mí misma e ir hacia adentro. En este viaje interno, la autenticidad cobró una gran importancia y ha sido uno de los elementos que me han permitido recuperar mi salud.


Me ha sido sumamente difícil mostrarme ante los demás como una persona empática con todo lo que eso implica. El proceso, al que he denominado “salir del clóset psíquico”, ha tenido sus altas y bajas y claro que he perdido personas en el camino, pero ahora entiendo que la opinión de los demás no me define. El hecho de que alguien piense que soy rara no me hace rara ni menos valiosa como persona.


Ser auténtico puede lucir diferente para cada quien y puede expresarse por medio de grandes cambios en la vida, por ejemplo, dejar un empleo o una relación que ya no nos hace felices, o a través de acciones aparentemente pequeñas, pero sumamente significativas, como darnos permiso de no convivir con personas con las que no nos sentimos cómodos o no participar en actividades sociales que no están alineadas con nuestros intereses, solo por quedar bien con los demás, sin sentirnos culpables por hacerlo.


Por experiencia propia, puedo decir que cuando uno es fiel a su verdadera esencia, la vida se vuelve mucho más sencilla. Es muy satisfactorio saber que las personas que se quedan en nuestra vida y las nuevas personas que van llegando a ella nos quieren por quien realmente somos y no por quienes aparentamos ser ni porque vivimos para complacerlos. Esto tiene un gran poder de sanación además de servir como fuente de inspiración para los demás, pues al nos mostramos tal cual somos, también les permitimos a los demás ser auténticos cuando están con nosotros.


Hasta ahora entiendo esa frase tan sonada últimamente que dice así: “Atrévete a ser la mejor versión de ti mismo”. Esa “mejor versión” de nosotros mismos está ligada a la autenticidad y, en mi opinión, solo deberíamos servir a los demás siendo auténticos, pues al fingir ser alguien que en realidad no somos, no nos estamos haciendo un favor a nosotros mismos ni a los demás, puesto que no explotamos todo nuestro potencial ni nos desempeñamos en función de nuestras verdaderas habilidades.


Quiero invitar a los lectores a no esperar a enfermarse ni a agotarse física o mentalmente para atreverse a ser auténticos. Una de mis mejores amigas me dijo: “La verdad te hará libre”; esta frase tiene mucha razón y yo la complementaría de la siguiente manera: “La verdad te hará una persona más libre, feliz y sana”.

 
 
 

Comentarios


Facilitadora de bienestar integral

RESERVAS:

525513906936

lorena84331@gmail.com

  • alt.text.label.Instagram

©2023 por Facilitadora de bienestar integral. Creado con Wix.com

bottom of page